sábado, 12 de abril de 2014


Si hay alguien que está pasando por alguna necesidad, fíjese como está, fíjese cuanto Dios gobierna en su vida, porque ahí está la clave.


2 Reyes 4:1-7
“Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo; Tu siervo mi marido a muerto; y tu sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos. Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame que tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. El le dijo: ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías no pocas. Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena ponla aparte. Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: no hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivan de lo que quede.”

Querido hermano, en las escrituras se encuentran historias de reyes que fueron prosperados, pero hubo épocas donde se apartaron de Dios y la bendición de prosperidad faltó en sus vidas y en el pueblo.
La religión ha creado una mentalidad, que asocia la humildad con la pobreza. Puede haber pobres orgullosos y soberbios, pero especialmente en latinoamérica se ha enseñado que ser pobre está bien. Pero esto no está bien,
usted tiene que ser prosperado. Si usted recibe la palabra y la atesora en su corazón, de aquí a fin de año va a tener lo que nunca tuvo. Dios dice que en su mesa hay abundancia de pan y nunca usted va a tener escasez.

Uno de los libertadores financieros puede ser un profeta, como se refiere en esta porción biblica, un hombre de Dios que se le acerque y le de la guía de Dios; y Dios haga un milagro. Esta mujer viuda quebrada económicamente, desbastada, había perdido a su esposo y ahora le estaban por llevar a dos de sus hijos en forma de pago por una deuda que no podía saldar. Ella corre a un libertador financiero, y él le da finalmente la estrategia. No solo paga la deuda sino que además con lo que le queda pueden vivir ella y sus hijos.

Uno de los fundamentos que usted debe entender es que Dios es el dueño de todo el oro y la plata; nunca fue pobre, ni lo será, todo le pertenece a Él. Dios es un padre proveedor, dador; y Jesús en el área económica es nuestro redentor. Dios no solo redime nuestra alma y nuestro espíritu, sino que también, nuestro nombre es anotado en el libro de la vida. Cuando Dios creó al hombre lo coloco en el paraíso; y es allí donde están todas las riquezas. Del paraíso salía un río principal que se dividía en cuatro ríos. Uno de los ríos iba al oro, otro a las piedras preciosas, otro al petróleo y otra al sustento de vida; por lo tanto el hombre fue colocado en el paraíso para que sea un administrador de todas las riquezas de Dios.

Sin embargo cuando el hombre peca tiene que ser sacado del paraíso y recibe un juicio por su pecado y Dios le dice: ahora la tierra por el pecado va a dar espinos. Antes eras un administrador, pero ahora para sacar el fruto de la tierra lo tendrás que hacer con el sudor de tu frente. El hombre perdió su mayordomía y necesitaba que alguien se la devuelva.

Cuando viene Cristo, el postrer Adán, se encarga de encausar el rumbo original de las cosas. Cristo nos redime de la maldición, de la miseria, pobreza, escasez, del ladrón y el devorador; y me sienta en lugares celestiales juntamente con Él. Nuestro nombre ahora está escrito en el libro de la vida, tenemos una casa en el cielo, tenemos las llaves de la casa de nuestro Padre. Por lo tanto he sido redimido de toda maldición, ahora soy una nueva criatura, estoy viviendo en la tierra como si ya estuviera en el cielo, es por eso que todas las riquezas de los cielos han pasado a mis manos, por ser redimido por el cordero de Dios.

Si hay alguien que está pasando por alguna necesidad, fíjese como está sentado, fíjese cuanto Dios gobierna su vida, porque ahí está la clave. Porque al hablar de un libertador financiero, tenemos que recordar que Dios es el dueño de todo, que es el dador y además es el proveedor.

Cristo ya nos redimió de la maldición de la tierra y de los espinos y de trabajar del sudor de nuestra frente y nos da el derecho de estar sentados en lugares celestiales, porque somos su hijos; todo lo que le pidamos al Padre, Él nos lo dará.

Así que la función de Cristo es redimir a toda persona que no esté viviendo en todas estas bendiciones. Si hay que algo le está faltando, quizás usted necesite un libertador financiero, la función del Espíritu Santo. Es diferente a la función del Padre y del Hijo, porque el Espíritu Santo está aquí, y su función es consolar. No hay cosa que produzca en el hombre más frustración y amargura que no tener recursos para su casa. Si esta es su situación, usted necesita la intervención del Espíritu Santo. Tiene que lograr ver al Padre como proveedor y dador, y al Hijo como quien lo redime.

Solo el diez por ciento de las personas alcanza las riquezas del planeta, mientras el otro noventa trabaja para los sueños y proyectos de ese diez por ciento.  El Espíritu Santo está para darles a los hijos de Dios las armas para la destrucción de fortalezas. Él nos capacita con dones, con autoridad y poder, para que podamos vencer todo lo que nos ha detenido hasta este día. Hoy debe ser el día en que se caigan las fortalezas, las cadenas, las maldiciones y se abran las puertas y se liberen las riquezas para la gloria de Dios.

De los 35 dones que Dios nos dejo, hay 4 cuya función es que seamos prosperados:
El don de hacer riquezas
El don de administración
El don de despojar
El don de la herencia, de lo que nos corresponde a todos los nacidos de nuevo

Así que usted no tiene porque pasar necesidades, teniendo un Padre que es su proveedor, a Cristo que redimió su economía y al Espíritu Santo que lo capacita y además le da los libertadores financieros. En este caso mencionamos 5 pero hay muchos más.

Está mujer no dejó un gran ejemplo, ya que no corrió al sindicato, al intendente, gobernador o presidenta. Si usted quiere libertad financiera busque de donde vienen los recursos, busque donde está la libertad, puede ser un profeta; las palabras “no tenemos nada”, no se pueden mencionar, usted debe tener FE y Dios se encargara de enviarle a su libertador financiero.

Puede ser un rey, un hombre de gobierno, que está en autoridad y que administra los recursos propios y de otros; es un puente dorado que Dios te puede dar, es alguien en autoridad que puede manejar la economía de una ciudad, provincia o país.

Puede ser un padre espiritual alguien que te diga y enseñe los principios bíblicos que te van a servir para siempre, el padre espiritual te va a decir: “No he visto justo desamparado ni su simiente que mendigue pan, no hay un
solo hijo de Dios que pase por necesidad.”



Dios colocará a personas que te lleven a liberar tu economía. Eliseo también se encuentra con una mujer rica y ella tenía la orden de Dios de hacerle una casa a Eliseo, ella era una libertadora financiera. De aquí a fin de año usted se va a encontrar con libertadores financieros, que tienen la orden de darte todo lo que han amontonado en sus vidas.

Lo peor que le puede ocurrir a una vida es ser devastada. Es importante entender que los ataques son solamente demonios, cuando usted tiene un problema, es un ataque, un demonio fácil de vencer; pero cuando la persona tiene diferentes ataques, son potestades tratando de arruinarle la vida. Aquí tenemos a una viuda que estaba devastada, quebrada espiritual y emocionalmente, y corre a un libertador financiero; se encuentra con el profeta y le dice: tu siervo era temeroso de Dios y sabes que han golpeado a mi puerta los acreedores y como no tenemos nada se están llevando a dos de mis hijos.

Acreedores significa que estas siendo visitado por el otro reino, donde esos acreedores se convierten en aquellos que te van a atormentar, cuando ellos tengan todo lo tuyo se vuelven verdugos. El pecado es la cadena, que puede ser la falta de conocimiento o de ministración o de impartición, es un pecado el ser ciego. El pecado es la cadena, el carcelero es el diablo, los verdugos son los que te van a golpear en la cárcel y los acreedores son los demonios que se quieren quedar con lo tuyo, con lo que te corresponde. Son demonios que vienen en forma ilegal, y cuyo fin es atormentar; aunque se llevaran a los hijos, el problema no estaba solucionado. Es por esto que se necesita un libertador financiero.

Si alguien no tiene suplidas las necesidades de su vida o su casa, debe entender que le están golpeando la puerta los acreedores y mientras estén en la puerta, todavía tiene oportunidad de encontrar un libertador financiero; cuando entran en su casa ya las cosas que tenía se las llevan.

Si esta en esta situación, no le abra la puerta, no les dé lugar, porque se van a apoderar de todo lo que tiene y esto no es legal, porque usted le pertenece a Dios y esta basura no puede golpear su casa. Hermano no le abra la puerta, no los escuche, corra a un libertador financiero y pregúntele que hacer. Si le pregunta que tiene, nunca diga nada porque usted es hijo de Dios y en él lo tenemos todo, la provisión no le faltará.

Ella finalmente dice solo tengo esta vasija con aceite. El profeta tiene la revelación y le dice: busca vasijas, pide a los vecinos muchas vasijas, no pocas. Cuando dice busca vasijas, está diciendo busca en un pozo los recursos para tu vida, busca todos los pozos de la tierra, porque todos son suyos. Usted va a tener unción, pozos de bendición, va a recibir recursos de varios pozos.

La viuda junta las vasijas y empieza a llenarlas una y otra y otra, y dice a su hijo dame más y él le responde, no hay más y en ese momento cesó el aceite. En la transición de pobre a rica, los acreedores no golpearon más.

Mientras usted tenga pozos Dios suplirá, solo corra al redentor de su economía y deposite su fe en Èl. Querido hermano, Dios va a llenar tus pozos y vas a pagar tus deudas y vas a tener provisión en abundacia para toda la vida.

Hasta la próxima, y que Dios los bendiga.

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